Bellingham resucit贸... Y evit贸 la crucifixi贸n

El jugador ingl茅s Jude Bellingham de Inglaterra (d) anota el gol del empate 1-1 durante el partido de octavos de la Eurocopa entre Inglaterra y Eslovaquia, en Gelsenkirchen, Alemania. EFE/EPA/GEORGI LICOVSKI

Leipzig (Alemania), 1 jul (EFE).- Desaparecido en combate y con el f煤tbol ins铆pido que mostr贸 en casi toda la fase de grupos, Jude Bellingham deambulaba desesperado por el c茅sped del estadio del Schalke 04, escenario destinado a ser el lugar en el que Eslovaquia ridiculizar铆a a Inglaterra. Los 'pross' ya preparaban su funeral y los cr铆ticos sus afiladas plumas cuando en un solo segundo, el que necesit贸 el jugador del Real Madrid para armar una chilena espectacular, todo cambi贸 para alivi贸 de la estrella del combinado brit谩nico.

Leipzig (Alemania), 1 jul (EFE).- Desaparecido en combate y con el f煤tbol ins铆pido que mostr贸 en casi toda la fase de grupos, Jude Bellingham deambulaba desesperado por el c茅sped del estadio del Schalke 04, escenario destinado a ser el lugar en el que Eslovaquia ridiculizar铆a a Inglaterra. Los 'pross' ya preparaban su funeral y los cr铆ticos sus afiladas plumas cuando en un solo segundo, el que necesit贸 el jugador del Real Madrid para armar una chilena espectacular, todo cambi贸 para alivi贸 de la estrella del combinado brit谩nico.

El entorno de Inglaterra -aficionados, medios de comunicaci贸n y opinadores-, es campe贸n mundial en generar h茅roes y villanos. La Eurocopa de Alemania es un gran ejemplo de la monta帽a rusa en la que viven los miembros de la selecci贸n inglesa, que antes de que echara a rodar el bal贸n ya ten铆an en la figura de Gareth Southgate a su primer m谩rtir para la causa. Anunciar en una entrevista que si no ganaba el torneo se despedir铆a tras ocho a帽os en el cargo, fue su losa y esa fue la casilla de salida para los criticones, que encontraron en el mal f煤tbol de Inglaterra otro fil贸n para dar rienda suelta a sus afiladas plumas.

Jude Bellingham consigui贸 un par de bonus extra gracias a su flamante puesta en escena frente a Serbia. Marc贸 el gol de la victoria gracias a un cabezazo imperial y fue encumbrado como el h茅roe de Inglaterra, que realmente no jug贸 nada bien. Pero una victoria (0-1) y un h茅roe de fama mundial bastaron para tapar todos los rotos del equipo de Southgate. Bellingham disfrut贸 de su momento, en el que muchos compa帽eros y medios de comunicaci贸n brit谩nicos pidieron durante unos d铆as pidieron el Bal贸n de Oro para el jugador del Real Madrid.

Y si la subida fue r谩pida, la ca铆da tambi茅n, porque Inglaterra roz贸 el esperpento en los dos siguientes partidos ante Dinamarca (1-1) y Eslovenia (0-0). Southgate, de nuevo, fue el saco de boxeo que aguant贸 los golpes por su inmovilismo y sus experimentos. Insisti贸 con un lateral como Trent Alexander-Arnold en el mediocentro y en dejar a Cole Palmer y a Kobbie Mainoo en el banquillo. Lo pag贸 caro. La afici贸n se uni贸 a los medios y pas贸 a abuchear a su entrenador. Y mientras, Bellingham, a煤n con la bula de su estreno, empez贸 a perder credibilidad tras dos encuentros en los que pas贸 totalmente desapercibido.

Genio y villano

La tormenta perfecta para el genio del Real Madrid se comenz贸 a cocinar en la v铆spera de los octavos de final. Su desaparici贸n del once empez贸 a sonar como una posible soluci贸n para los males de Inglaterra. Ped铆an a los agitadores Palmer y Gordon como soluciones al atasco y poco a poco, el camino hacia la b煤squeda de un villano en caso de debacle se abr铆a paso. Bellingham, el genio del primer d铆a, ser铆a el malvado del 煤ltimo. El terreno estaba allanado para se帽alarle como culpable en caso de otro duelo fallido y de una eliminaci贸n de Inglaterra.

Eslovaquia, un rival te贸ricamente mucho m谩s d茅bil, aportaba algo m谩s de tragedia a la historia. Era impensable caer contra el conjunto centroeuropeo y los planetas deb铆an alinearse para que Bellingham acabara en las garras del mordaz entorno medi谩tico que rodea a Inglaterra, que a falta de alegr铆as en forma de victorias y buen juego se frota las manos en la b煤squeda de culpables. Y as铆 ocurri贸, porque con un gol de Ivan Schranz que aguant贸 solitario en el marcador hasta el minuto 95, Eslovaquia gener贸 la oscuridad necesaria para buscar culpables en el otro bando.

Y, sin duda, uno de ellos iba a ser Bellingham, que como en los dos encuentros anteriores mantuvo un perfil de jugador intrascendente e incluso peleado por el mundo porque tal vez sab铆a lo que se le ven铆a encima. Necesitaba un milagro para salir del apuro y lo consigui贸 con un golpeo espectacular digno de un jugador 'top'.

Cuando el tiempo se agotaba y llegaba a su fin, y tras una jugada de tosca elaboraci贸n, sac贸 la varita m谩gica. Bast贸 un saque de banda desesperado de Walker que prolong贸 Gu茅hi de cabeza para que Bellingham se sacara de la chistera una chilena espectacular con el que silenci贸 a los cr铆ticos, que de repente volvieron a hacerle rey de Inglaterra. El jugador del Real Madrid, se lo esperaba.

Del "me lo merezco" de M铆chel al "驴qui茅n si no?" de Bellingham

"En el f煤tbol internacional, en las eliminatorias, es una sensaci贸n a煤n peor (comparar marcar goles al final de los partidos con el Real Madrid y con Inglaterra) porque est谩s a 30 segundos de irte a casa teniendo que escuchar toda la basura y sintiendo que has decepcionado a todo un pa铆s y a su gente. En 30 segundos, con un golpe de bal贸n, todo puede cambiar. Es una sensaci贸n que no me gusta tener, pero cuando ocurre sienta genial", dijo Bellingham despu茅s del partido.

驴Y qu茅 hizo cuando marc贸? Se dio una carrera y grit贸... "驴qui茅n si no?" para recordar al M铆chel de "me lo merezco" cuando marc贸 tres goles a Corea en el Mundial de Italia 90. 驴Lo ten铆a preparado? No. Le sali贸 de dentro: "La adrenalina se apodera de ti. Es una combinaci贸n de muchas cosas. Jugar para Inglaterra es muy bonito pero tambi茅n significa mucha presi贸n. Oyes a la gente hablar mucha basura. Es bonito cuando lo consigues, de alguna manera se la devuelves. Es dif铆cil para un futbolista hablar abiertamente en ruedas de prensa o entrevistas porque siempre eres juzgado", afirm贸.

Ahora, Bellingham tiene otro bonus para los cuartos de final. Pudo ser uno de los villanos oficiales de la derrota, pero ahora es un h茅roe. Su 煤ltima imagen tras celebrar el 茅xito de su chilena, es la fotograf铆a de lo que pudo ser y no fue. De pie, con el pecho hinchado de orgullo, extendi贸 sus brazos y los alz贸 al aire como si fuera un Jesucristo del f煤tbol en plena redenci贸n. Sin embargo, en esta ocasi贸n, Bellingham no fue crucificado. Se salv贸 por una chilena, por un acto de fe m谩gico con el que pas贸 de futuro malvado a h茅roe de toda una naci贸n.

Juan Jos茅 Lahuerta